Desbroce y desemcombro

La primera fase del proyecto consistió en el desescombro y desbroce de la zona. La empresa acaba de tomar la decisión de trasladarse a una nueva nave y el estado de los exteriores requería una limpieza previa.

Tras la primera limpieza se colocó una malla anti-hierba para evitar el crecimiento de vegetación en las zonas exentas de ésta, en el proyecto de paisajismo.

Vegetación autóctona

Desde el principio, la empresa tuvo claro que buscaba el mínimo mantenimiento de los exteriores. Así, no sólo se optó por un jardín de grava y áridos, también se buscó vegetación autóctona.

Entre las variedades de plantas de este proyecto podemos encontrar las siguientes: Salvia, tomillo, romero, lentisco, madroño, palmito y lavanda.

Un jardín de grava con pocos cuidados

Este era uno de los requisitos del proyecto; crear un jardín de grava y áridos que permitiera obtener una composición vistosa y resultona, que requiriese los mínimos cuidados.

En este diseño, se jugó con diferentes tonalidades de áridos: piedra blanca, beige y corteza marrón. Con estos materiales se crearon formas geométricas delimitadas, una zona con cada color.

Debajo de la grava se instaló un sistema de riego por goteo aprovechando parte del que había anteriormente (de riego por aspersión).

Mantenimiento de los olivos

El jardín de grava se construyó alrededor de dos olivos que ya estaban en el estado original. Éstos se podaron para darles más fuerza, pero se mantuvo su forma silvestre. Sin duda, se trata de un árbol queda muy bien con este tipo de jardines.

¿Qué te parece la composición? Se trata de un proyecto de paisajismo sencillo, con un resultado muy vistoso y práctico. Si estas pensando en modificar tus exteriores, esperamos que te haya servido de inspiración. Y si necesitas ayuda, no dudes en consultarnos.